Proceso de evaluación: Enfoque descriptivo-predictivo y enfoque interventivo-valorativo

EL PROCESO DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA

Según Fernández-Ballesteros, para llevar a cabo el proceso de evaluación psicológica, se requiere en primer lugar conocer el método hipotético-deductivo y las distintas variantes del mismo. Las dos técnicas metódicas son la correlacional y la experimental, que se aplican en función de las diferentes metas u objetivos que se pretendan conseguir. El diagnóstico, orientación y selección pueden realizarse mediante métodos correlacionales, que no requieren manipulación de variables, mientras que la intervención, que precisa la manipulación de variables, debe llevarse a cabo por medio de métodos experimentales. A pesar de que durante años las corrientes metodológicas experimental y correlacional han estado enfrentadas, en la actualidad se consideran complementarias.
La evaluación psicológica estuvo en un principio más centrada en la búsqueda de diferencias individuales, por lo que la perspectiva correlacional fue la prioritaria, sin embargo, la incorporación de la evaluación conductual y otras corrientes ha hecho que predominara la metodología experimental.
Las primeras fases de ambos procesos son idénticas ya que poseen los mismos objetivos. El proceso experimental es más largo y complejo debido a que responde además a los objetivos de intervención, evaluación y seguimiento. A pesar de que durante años las corrientes metodológicas experimental y correlacional han estado enfrentadas, en la actualidad son pocos los autores que mantienen esta polémica, puesto que las consideran complementarias.
El proceso: su enfoque correlacional (descriptivo). Este proceso de investigación se lleva a cabo mediante una serie de fases o momentos los cuales son los mismos que los utilizados en la investigación del conocimiento científico. Éstos son tres: la observación y primera recogida de información, la formulación de las hipótesis y la deducción de conclusiones o supuestos (en forma de enunciados contrastables) y la verificación de éstos. Estos tres pasos engloban casi todas las tareas que el evaluador realiza, siendo necesario, añadir una última fase relacionada con la información de resultados sobre los objetivos científicos y metas aplicadas que constituyen la cuarta fase del proceso.

Las fases son:
Fase 1. Primera recogida de información sobre el caso.
Fase 2. Formulación de hipótesis y deducción de enunciados verificables.
Fase 3. Contrastación inicial.
Fase 4. Resultados: Descripción, clasificación, predicción y toma de decisiones.

El proceso: su enfoque experimental (interventivo-valorativo).

Nuevamente se basará en la propuesta Fernández-Ballesteros que describe el proceso en cada una de las 2 variantes del método hipotético-deductivo: correlacional y experimental. Comparando las fases del proceso, las GAP agrupan todas las tareas en solamente cuatro fases.

Las fases son:
Fase 1. Primera recogida de información: Especificación de la demanda y del problema.
Fase 2. Primera formulación de hipótesis y deducción de enunciados verificables.
Fase 3. Contratación inicial de hipótesis.
Fase 4. Resultados iniciales.
Fase 5. Formulación de hipótesis funcionales.
Fase 6. Tratamiento: Recogida de datos pertinentes a las hipótesis y aplicación del tratamiento.
Fase 7. Contrastación de hipótesis y valoración del tratamiento.
Fase 8. Resultados.
Fase 9. Seguimiento.


(Véase más)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Fernández Ballesteros, Rocío (2007). Evaluación psicológica: conceptos, métodos y estudio de casos. Madrid: Pirámide.
Cohen, Jay (2001). Pruebas y evaluaciones psicológicas: introducción a las pruebas y a la medición (4a ed.). México D.F: McGraw-Hill.
Fernández-Ballesteros, Rocío. (1998). Introducción a la evaluación psicológica. Madrid: Pirámide.
Gregory, Robert J. (2001). Evaluación psicológica: historia, principios y aplicaciones. México: El Manual Moderno.